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Healthcare, Aid, Resistance. A conversation with Dr. Gilbert (Norway) ENG ESP

Healthcare, Aid, Resistance. A conversation with Dr. Gilbert (Norway) ENG ESP
Publicado el 22 de febrero.

Gaza’s healthcare crisis, international aid, devastating impact of Israel’s genocide on life expectancy

ENGLISH

Healthcare, Aid, Resistance: 7 Takeaways from Our Conversation with Dr. Gilbert

The Destruction of Healthcare is a War on Resistance

According to Dr. Gilbert, Israel’s targeting of medical professionals and facilities is not random—it is an attack on Palestinian resilience itself. 

Healthcare infrastructure is a cornerstone of any society’s ability to function, and its destruction directly undermines the population’s sense of safety.

    “To destroy health care is in a way to attack the inner spirit of the resistance in my opinion, and what we have seen in Gaza is unprecedented in any modern warfare.”

He stated that “more than 1,000 doctors, nurses, paramedics, medical students, pharmaceutical students, and so on have been killed,”  explaining that “there is actually a higher risk of being killed in Gaza if you are a healthcare worker than if you are a civilian.”

Beyond physical destruction, Israel’s assault on Gaza includes what Gilbert describes as an epistemicide —an attempt to erase Palestinian medical knowledge.

    “The second ambition or goal of the occupiers is the epistemicide, that is to eradicate the knowledge of the Palestinian people, and an important part of the collective knowledge in Gaza is what is embedded in the healthcare.”

By killing medical professionals, Israel is systematically erasing generations of accumulated medical expertise, making it harder for Gaza’s healthcare system to recover.
The Role of Field Hospitals in Weakening Gaza’s Healthcare System

The influx of international field hospitals in Gaza has created an economic divide that, according to Dr. Gilbert, has drained local medical talent. 

Building on a recent article he co-wrote with colleagues, titled ‘Realising Health Justice in Palestine: Beyond Humanitarian Voices,’ he describes how field hospitals, set up near existing government hospitals, offered significantly higher salaries, resulting in a ‘brain drain.’

    “Across the street (from a government hospital) was a field hospital. The doctors in the governmental hospital were hardly paid any salaries because of the financial disastrous situation in the Ministry of Health. Whereas across the street they got $50 if they had payment per month. Across the street, they were offered $500.”

The setup forces doctors to choose between financial survival and staying in the local system, further destabilizing Gaza’s already fragile medical infrastructure.

Moreover, the field hospital strategy, in his view, often depletes local resources and exacerbates the challenges facing Palestinian healthcare.

Despite having abundant money and resources, these temporary structures “do not belong to the native healthcare system” and “also use resources that should have been used to immediately repair restore and reopen the Palestinian hospitals and provide a decent salary” to Gaza’s medical professionals.


Evidence-Based Solidarity

Dr. Gilbert challenges the traditional model of humanitarian aid, emphasizing the importance of what he calls “evidence-based solidarity.”

    “In medicine, we are supposed to do evidence-based practice, meaning that we should only provide treatment that has solid evidence in the research literature. So, when I say evidence-based solidarity, I think that all of us around the globe who take part in the massive solidarity movement for Palestine, we need to study more, we need to go deeper, we need to know the numbers, we need to be able to rebuff the lies and the propaganda from the hasbara.”

He argues that solidarity is not about gestures but about rigorous advocacy and a deep understanding of the realities on the ground.

How People Can Help

Rather than focusing solely on sending humanitarian aid, Gilbert stresses the importance of political work at home.

    “The most important thing I do as a Norwegian doctor is not to go to Gaza, it is to work steadfastly in Norway, to educate people, to do advocacy, to be a part of the solidarity movement which is aiming at changing the politics of the Norwegian government. And that’s the greatest contribution we can give to the Palestinian people.”

He also warns against the white savior complex in international aid efforts:

“My principle is: I don’t practice humanitarian medicine; I practice solidarity medicine. And the number one rule is: don’t go if you’re not asked to come.”

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ESPAÑOL

La destrucción de la atención sanitaria es una guerra contra la resistencia

Según el Dr. Gilbert, los ataques de Israel contra profesionales e instalaciones médicas no son aleatorios, sino un ataque a la propia resiliencia palestina. La infraestructura sanitaria es una piedra angular de la capacidad de funcionamiento de cualquier sociedad, y su destrucción socava directamente la sensación de seguridad de la población.

“Destruir la atención sanitaria es, en mi opinión, una forma de atacar el espíritu interior de la resistencia, y lo que hemos visto en Gaza no tiene precedentes en ninguna guerra moderna”. Afirmó que “más de 1.000 médicos, enfermeras, paramédicos, estudiantes de medicina, estudiantes de farmacia, etc. han sido asesinados”, explicando que “en realidad existe un mayor riesgo de morir en Gaza si eres un trabajador sanitario que si eres un civil”.

Más allá de la destrucción física, el ataque de Israel contra Gaza incluye lo que Gilbert describe como un epistemicidio: un intento de borrar el conocimiento médico palestino. “La segunda ambición o meta de los ocupantes es el epistemicidio, es decir, erradicar el conocimiento del pueblo palestino, y una parte importante del conocimiento colectivo en Gaza es lo que está arraigado en la atención médica”. Al matar a profesionales médicos, Israel está borrando sistemáticamente generaciones de experiencia médica acumulada, lo que dificulta la recuperación del sistema de atención médica de Gaza.

El papel de los hospitales de campaña en el debilitamiento del sistema de atención médica de Gaza

La afluencia de hospitales de campaña internacionales en Gaza ha creado una brecha económica que, según el Dr. Gilbert, ha drenado el talento médico local. Basándose en un artículo reciente que coescribió con colegas, titulado “Realising Health Justice in Palestine: Beyond Humanitarian Voices”, describe cómo los hospitales de campaña, establecidos cerca de los hospitales gubernamentales existentes, ofrecían salarios significativamente más altos, lo que resultó en una “fuga de cerebros”. “Al otro lado de la calle (de un hospital gubernamental) había un hospital de campaña.

Los médicos del hospital gubernamental apenas recibían salario debido a la desastrosa situación financiera del Ministerio de Salud. Mientras que al otro lado de la calle recibían 50 dólares si pagaban al mes, al otro lado de la calle les ofrecían 500 dólares”. La situación obliga a los médicos a elegir entre la supervivencia financiera y quedarse en el sistema local, desestabilizando aún más la ya frágil infraestructura médica de Gaza.

Además, la estrategia de los hospitales de campaña, en su opinión, a menudo agota los recursos locales y agrava los desafíos a los que se enfrenta la atención médica palestina. A pesar de tener abundante dinero y recursos, estas estructuras temporales “no pertenecen al sistema de atención médica nativo” y “también utilizan recursos que deberían haberse utilizado para reparar, restaurar y reabrir de inmediato los hospitales palestinos y proporcionar un salario decente” a los profesionales médicos de Gaza.

Solidaridad basada en la evidencia

El Dr. Gilbert desafía el modelo tradicional de ayuda humanitaria, enfatizando la importancia de lo que él llama “solidaridad basada en la evidencia”.

“En medicina, se supone que debemos hacer una práctica basada en la evidencia, lo que significa que solo debemos brindar un tratamiento que tenga evidencia sólida en la literatura de investigación. Por eso, cuando hablo de solidaridad basada en la evidencia, creo que todos los que en todo el mundo participamos en el movimiento masivo de solidaridad con Palestina debemos estudiar más, debemos profundizar, debemos conocer las cifras, debemos ser capaces de rechazar las mentiras y la propaganda de la hasbará”.

Gilbert sostiene que la solidaridad no se trata de gestos, sino de una defensa rigurosa y una comprensión profunda de las realidades sobre el terreno.

Cómo podemos ayudar 

En lugar de centrarse únicamente en enviar ayuda humanitaria, Gilbert subraya la importancia del trabajo político en el país.

“Lo más importante que hago como médico noruego no es ir a Gaza, es trabajar con firmeza en Noruega, educar a la gente, hacer defensa, ser parte del movimiento de solidaridad que tiene como objetivo cambiar la política del gobierno noruego. Y esa es la mayor contribución que podemos dar al pueblo palestino”.

También advierte contra el complejo de salvador blanco en los esfuerzos de ayuda internacional: “Mi principio es: no practico la medicina humanitaria; practico la medicina solidaria. Y la regla número uno es: no vayas si no te lo piden”.

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