Argumentos de médicos sionistas para justificar la barbarie israelí en Palestina

Argumentos de médicos sionistas para justificar la barbarie israelí en Palestina y para mantener a Israel en las asociaciones médicas internacionales

 

Juan Gérvas, médico general rural jubilado, Equipo CESCA, Madrid, España. Exprofesor de salud pública, universidad Jonhs Hopkins, Estados Unidos y Universidad Autónoma de Madrid, España

jjgervas@gmail.com www.equipocesca.org @JuanGrvas

Mercedes Pérez-Fernández, especialista en Medicina Interna, médica general jubilada, Equipo CESCA, Madrid, España. mpf1945@gmail.com

 

Los firmantes somos parte del grupo de Profesionales de la Sanidad Por Palestina, España (Health Workers For Palestine, Spain, HW4PS¹) y por ello participamos en campañas e iniciativas tendentes a detener la matanza en Palestina, reparar en lo que se pueda los daños personales y materiales, juzgar a los culpables y devolver tierras y bienes a sus legítimos dueños.

En la actualidad (segunda mitad del año 2025) mantenemos una fuerte campaña para la exclusión de las asociaciones médicas de Israel de las asociaciones médicas internacionales²,³. Por ello, en alguna ocasión hemos interactuado con médicos sionistas y estos son algunos de sus argumentos para defender y justificar la barbarie de Israel (recogidos por orden cronológico, no de importancia) y lo que hemos respondido:

 

1.- La Asociación Israelí de Médicos (Israel Medical Association, IMA) ha pedido que se tomen medidas para asegurar la atención sanitaria en Gaza y para evitar el daño al personal civil⁴. Sí, efectivamente, una suave llamada de atención a finales de julio de 2025 (aunque en realidad la destrucción y el genocidio comenzaron en 1948 con la declaración ilegal y terrorista de la independencia de Israel; en Gaza, la matanza, más intensa y persistente empezó el 8 de octubre de 2023). Hay que hacer notar que la nota de la IMA fue la respuesta a la ruptura de relaciones por parte de la Asociación Médica Británica a comienzos de julio de 2025, que también pidió a la Asociación Médica Mundial que expulsara a la IMA de la misma⁵. La suave declaración de la IMA es un poco la justificación del colaboracionista que quiere nadar y guardar la ropa.

 

2- Hay médicos judíos israelíes que se han pronunciado contra las barbaridades israelíes denunciando incluso las torturas en las cárceles israelíes⁶,⁷. Sí, hay médicos judíos israelíes que desafían la presión para no denunciar y, por ejemplo, se atreven a documentar prácticas aberrantes y constantes contra los “prisioneros” (rehenes, si hablamos con propiedad) palestinos, en torno a 10.000 en las cárceles israelíes. Su testimonio es impresionante, pero no cambia ni las políticas generales israelíes ni las de las sociedades médicas de Israel.

 

3.- Algunos de los médicos de familia que pertenecen a la Asociación Israelí de Médicos de Familia (Israel Association of Family Physicians, IAFP) buscan sinceramente la paz; romper relaciones con la IAFP es un castigo colectivo que debemos evitar. La IAFP ha mantenido y mantiene un silencio que aprueba el genocidio y las políticas destructivas israelíes en toda Palestina, Gaza y Cisjordania incluídas. Además, la IAFP continúa con sus actividades como si no pasara nada “en el cuarto de al lado”, en forma similar a la familia alemana en la película "The Zone of Interest". Son minoría los “disidentes” de la línea política de silencio y tolerancia de la IAFP, y el rechazo internacional llevará a darles fuerza. En el aislamiento de la Sudáfrica del apartheid se rompieron todos los lazos internacionales con las sociedades médicas, y se logró el triunfo de la razón, como esperamos sea el caso de Israel.

 

4.- Israel es la única democracia en Asia Occidental (Oriente Próximo desde el punto de vista “occidental”). Su primer ministro Netanyahu cuenta con la desaprobación del 70% de la población⁸. Sí, el primer ministro de Israel de un gobierno de extrema derecha “utiliza” Palestina para mantenerse en el poder y es dudoso que sea reelegido en 2026 y se enfrenta incluso la posibilidad de ser juzgado y condenado por corrupción. Pero el problema es el sionismo de la población judía israelí, como demuestran las encuestas. Una encuesta de marzo de 2025 entre judíos israelíes, publicada en Haaretz, demostró que el 82 por ciento de los encuestados apoyaba la expulsión forzosa de los palestinos de Gaza, mientras que el 56 por ciento apoyaba la expulsión de los ciudadanos palestinos de Israel⁹. Una encuesta de la Universidad Hebrea de Jerusalén a principios de junio de 2025 arrojó una estadística sionista similar: una abrumadora mayoría (75 %) de los judíos israelíes está de acuerdo con la idea de que "no hay inocentes en Gaza"¹⁰. En la encuesta del Peace Index, de julio de 2025, se incluyó una pregunta que decía: "El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, propuso que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reubicaran a todos los residentes de la Franja de Gaza en un campamento cerrado que Israel establecería en la zona de Rafah, permitiéndoles salir de él solo para ir a otros países. ¿En qué medida apoya o se opone a esta propuesta?" El 63% de los judíos israelíes apoyó esa propuesta¹¹.

 

5.- Como tal democracia, en Israel se trata a todos su población con igualdad y los no judíos tienen todos los derechos ciudadanos. Falso, como han demostrado diversos estudios incluyendo el de Amnistía Internacional hace tres años. En Israel existe un intenso apartheid: “En 2022 se cumplen 74 años de la expulsión y el desplazamiento masivos de más de 700.000 personas palestinas de sus hogares, pueblos y ciudades durante el conflicto que dio lugar a la creación de Israel en 1948. La nakba (catástrofe), como la denomina en lengua árabe la población palestina, está grabada en la conciencia colectiva palestina como una historia de implacable desposesión. La nueva investigación de Amnistía Internacional muestra que Israel impone un sistema de opresión y dominación a la población palestina en todas las zonas bajo su control —en Israel y en los Territorios Palestinos Ocupados (Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este) y a las personas refugiadas palestinas, a fin de beneficiar a la población israelí judía. Esto constituye apartheid y está prohibido por el derecho internacional. Las leyes, políticas y prácticas concebidas para mantener un sistema cruel de control de la población palestina han dejado a ésta fragmentada geográfica y políticamente, muchas veces empobrecida y en un estado permanente de temor e inseguridad”¹². Adalah, una ONG que defiende los derechos de los árabes en Israel, elaboró una base de datos que incluye más de 65 leyes que considera discriminatorias hacia los palestinos¹³.

 

6.- Las sociedades médicas internacionales deben ser neutrales, representar a todos, ser humanistas y tolerantes, no tener ideología política y promover los principios éticos y profesionales de la medicina. Sí, pero la neutralidad no puede equipararse a inacción ante las faltas de ética, moral y profesionalidad como las de las asociaciones médicas israelíes al tolerar sin críticas la actuación genocida de Israel, incluyendo el bombardeo diario a población indefensa y el asedio y la muerte por hambre y sed de más de dos millones de personas en Gaza. El silencio es también ideología. Y “no hacer nada” es siempre una decisión política, y más cuando son colegas y sus familias quienes están sufrimiendo con mayor intensidad el castigo de muerte, encarcelamiento y tortura. Para promover los principios éticos y profesionales de la medicina hay que exigir su cumplimiento.

 

7.- Hay otras atrocidades, en la misma Gaza y en otros países del mundo, contra poblaciones generales y contra minorías varias, ¿por qué este empeño contra Israel? En el siglo XXI no hay ni ha habido nada parecido a lo que está realizando Israel contra el pueblo palestino. Israel es una potencia colonial cuya política se basa en la expulsión y exterminio de la población autóctona, y en el robo de tierras, bienes y propiedades. No hay hoy en el mundo nada parecido, ni en muertos y discapacitados infantiles, ni en destrucción de edificios y recursos, ni en daños a mujeres (también en todo el proceso reproductivo), ni en ningún otro aspecto de crueldad extrema. Israel es un peligro para la Humanidad y para el Derecho Internacional. No seremos libres hasta que Palestina sea libre.

 

8.- Al pedir la exclusión de Israel estás potenciado el terrorismo de Hamás. Falso, Hamás ganó democráticamente las elecciones en Gaza¹⁴ y es, por tanto, un actor político como organización que ha gestionado su territorio¹⁵. La victoria en las multipartidistas elecciones generales palestinas fue limpia y avalada por los observadores internacionales. La victoria de Hamás fue por mayoría absoluta. Hamás no es una organización terrorista (nunca ha sido calificada como tal por la ONU, por ejemplo)¹⁶ sino en la actualidad parte de la Resistencia Palestina legítima ante el poder colonial de Israel con otras organizaciones como la Yihad Islámica, Hezbolá o Ansar Allah¹⁷. Por supuesto, en la Francia ocupada por la Alemania nazi la Resistencia era calificada como asociación terrorista por las autoridades impuestas por los invasores, pero eso es sólo un ejercicio de propaganda. Por el contrario, hay que considerar terrorista a Israel pues el sionismo tiene una historia centenaria de atentados criminales e ilegalidades persistentes¹⁸. En Palestina no hay defensa aérea ninguna, no hay tanques, no hay misiles, no hay sirenas, no hay aviones, no hay drones, no hay artillería...No es una guerra. Hay sólo una increíble guerrilla de liberación nacional frente al ente colonizador: la Resistencia Palestina (a la que es incapaz de derrotar el Ejército de Israel).

 

9.- Lo que hay que lograr es la “solución de los dos estados”, que se reconozcan la independencia y las fronteras de Israel y de Palestina. La solución de los dos Estados en Palestina es colonial, injusta, inútil e inviable. Es como si, en la India de 1947, la independencia se hubiera logrado dividiendo en dos el subcontinente, la mitad India y la mitad Reino Unido. “Aunque diferentes actores utilicen distintas religiones como elemento legitimador y movilizador, no es un problema religioso. Es una cuestión política y colonial contemporánea que comienza a finales del siglo XIX, cuando surgió en Europa (y con mentalidad racista eurocéntrica) el movimiento sionista, una forma de colonialismo de asentamiento. El objetivo principal de las heterogéneas variantes del colonialismo de asentamiento es el establecimiento por parte de Estados o grupos de colonos –sobre todo europeos, pero no únicamente–de una sociedad o patria colonial propia segregando, desplazando y eliminando a la población nativa o a su mayor parte”¹⁹. La “solución de los dos estados” es absurda; lo que se requiere es la soberanía completa de Palestina y permitir que los judíos israelíes hagan las maletas para volver a sus países de origen (por ejemplo, tras ser juzgado, Netanyahu a cumplir condena en una cárcel de Polonia).

 

10.- Un posicionamiento así, contra las sociedades médicas israelíes, roza el antisemitismo. España también tiene un pasado de masacres a pueblos originarios en América y de persecución brutal a judíos durante la Inquisición. ¿Se pediría hoy la expulsión de España del mundo internacional sanitario por ello? Cuando en un debate sensato sobre Israel se acusa a una de las partes de antisemitismo, quien acusa reconoce que ha perdido el debate. Emplear tal término, además, nos lleva a nociones de racismo que se pretende mezclar con religión cuando de lo que se trata es de sionismo, una ideología política fascista. Semitas no son sólo los judíos asentados en la Palestina histórica, también los palestinos son semitas. En todo caso, estamos tratando de un problema de los siglos XX y XXI por lo que el argumento histórico es falaz y no añade nada al debate. Se pretende estigmatizar como “anti-semita” a todo aquel que critique a Israel, incluyendo por supuesto a organizaciones judías anti-sionistas como Jewish Voice for Peace, con más de 32.000 miembros, la asociación más grande del mundo de judíos solidarios con palestinos²⁰.

 

CONCLUSIÓN

Es increíble la agilidad con la que los médicos sionistas saltan de lo concreto a lo general, para terminar con el anti-semitismo. Conviene re-dirigir la conversación a lo central, al silencio cómplice de las sociedades médicas israelíes y a la necesidad de establecer un boicot internacional contra el apartheid en Israel.